sábado, 27 de noviembre de 2010

Control. Un pequeño gran paso !


Cada vez que nos enfurecemos, nuestra “alma” abandona el cuerpo y creamos una abertura para que las fuerzas de la negatividad entren en nuestro ser. Puede ser que hayas experimentado esto:
Tal vez gritaste o golpeaste a alguien físicamente por la ira y pensaste:
“no puedo creer que acabo de hacer eso. Ese no fui yo”
Te sentiste completamente fuera de lugar. Eso es porque no estabas tomando ya el control: lo tomaban fuerzas negativas que a todos en algún momento nos han cegado.
Debes aprender a no seguir ese sentimiento, cuando lo sientas, debes observarlo y no permitir que esas emociones tomen control de ti, porque eso es lo que sucede, en cierta forma, te alejas y cedes el control de tu cuerpo a esos indeseables sentimientos o emociones. en el día a día pasamos por muchas situaciones en las cuales, podemos sentir frustración, rabia, celos o cualquier otra sensación que no es correspondiente a nuestro plan divino de creación. Debes tomar el control de ti, de tus actos, de tus pensamientos, de tus impulsos, esto es en gran parte una de las misiones como seres humanos para nuestro desarrollo en el avanzar de la vida.
Resistirse al impulso de reaccionar en realidad alimenta a nuestra alma, llenándola con la luz de la creación de dios y expandiendo nuestro potencial para la dicha y felicidad de quienes nos rodean, además de nosotros mismos
El aprender a controlarse es permanecer en un estado mas elevado de pensamiento o vibración.
El esforzarse ya es un gran paso.
(chinita apology for taking so long to realize ^_^)
Este ejercicio de autoconocimiento ayudará a encontrar calma en esos momentos en que el huracán de la furia parece arrasar con todo.
-Toma contacto con tus propios pensamientos. En el momento mismo del enojo, recuerda que no tienes que enfurecerte simplemente porque siempre lo has hecho.
- Postergua la ira. Antes de explotar, respira 15 segundos. La próxima vez que sean treinta y así hasta alcanzar intervalos más prolongados. Postergarla significa controlarla. Es el primer paso para eliminarla por completo.
- Piensa en los demás. Permite que puedan ejercer su derecho de libre elección como seres independientes que son.
- Lleva un diario íntimo. En un cuaderno anota cuales son las cosas que desatan tu enojo. Pronto descubrirás que el mero hecho de tener que escribir el incidente servirá para persuadirte a elegir la ira con menos frecuencia.
-No esperes tanto de los demás. Cuando dejes de tener expectativas, ya no esperaras lo que puede ser imposible o lo que no sucederá en esa ocasión.

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